Nos obsesionamos con dormir 8 horas pero 10 minutos de siesta pueden aportarte mucho
- Aina John
- 20 may 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 may 2019
Llámalo como quieras: pausa, respiro o periodo de recuperación controlado. Lo importante es concentrarse en lo que importa: si no descansas, no avanzas. "Las siestas, tal y como se conocen, forman parte de las ideas anticuadas sobre el sueño", destaca Nick Littlehales, entrenador del sueño de la élite del deporte, en su libro Dormir (Editorial Planeta). Son aptas para todos los públicos. "Hay que empezar a tomarse en serio estos descansos, porque las empresas (y tú mismo) se beneficiarán de las ventajas del aumento de la productividad a largo plazo".
Además, este descanso a mitad del día nos permitirá acostarnos más tarde y no obsesionarnos sobre si estamos durmiendo lo suficiente. Si estamos despiertos por la noche, nos tranquilizará saber que podemos echar la siesta al día siguiente. Con ánimo de ser concisos, respondemos las seis preguntas básicas [qué, por qué, cómo, cuándo, dónde y quién] sobre este hábito que mejorará tu día a día.

¿Qué es una siesta hoy día?
"El sueño no es solo algo físico, sino que consiste en dar a la mente la oportunidad de recuperarse", explica Nick Littlehales. Y no hablamos únicamente del descanso nocturno, cuenta, que es necesario aprender a desbloquear la mente durante el día. Eso es realmente una siesta en 2017. No importa si no se alcanza un estado de sueño. "Lo importante es utilizar este periodo para cerrar los ojos y desconectar del mundo un rato", explica este entrenador del sueño para deportistas que se animó a escribir un libro Dormir, donde denuncia la falta de descanso en la sociedad y enseña cómo recuperarlo. "Dormir es genial, pero también lo es llegar a ese punto de duermevela, cuando no estás despierto, pero tampoco dormido, y también lo es alcanzar ese momento en el que sueñas despierto, sin pensar en nada en realidad cuando la mente está totalmente en blanco".
No tenemos permiso para parar y, si lo hacemos, es interpretado casi como una señal de debilidad. Esta frase corresponde al capítulo ¿Qué le pasa a mi sueño?, del libro El monje urbano (Pedram Shojai, 2017). De nuevo, otra publicación refuerza esta alarma social. Y avisa: "Una siesta reparadora –tradicional– puede ser muy beneficiosa, pero un descanso para meditar, de cinco minutos, nos puede proporcionar la misma energía". El ritmo frenético al que nos hemos adaptado y el (ab)uso de la tecnología cataliza jornadas ininterrumpidas donde, incluso en las pausas de trabajo, muchos comen frente al ordenador. O frente al móvil.
Ha llegado el momento de dejar de perder el tiempo durmiendo sin obtener nada a cambio
Nick Littlehales, 'coach' del sueño de la élite del deporte
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